La gimnasia valenciana despide el 2024 tras un año histórico por la gran representación de gimnastas en los Juegos Olímpicos de París 2024, tras los buenos resultados en los campeonatos nacionales y con el recuerdo de la DANA. Polina Berezina, la gimnasta internacional, repasa un año especial para ella.
Un año para el recuerdo. Un 2024 que quedará marcado en el corazón de Polina Berezina. Su sueño de ser olímpica, sus objetivos para este ciclo y el recuerdo de la DANA estimulan las sensaciones de la gimnasta en un año con diferentes sensaciones.
Un vaivén de emociones tras doce meses de experiencias y sueños, que se eclipsó con las inundaciones que hace dos meses golpeó a la zona de l’Horta Sud. Así lo certifica Polina Berezina. Ejemplo de talento, perseverancia, carisma y control mental.
Hola Polina, ¿qué tal ha ido el verano después de los Juegos Olímpicos?
El verano ha ido genial la verdad, he podido aprovechar mucho con mi familia y amigos que hacía mucho tiempo que no los veía. Pude disfrutar, cargarme de energía positiva y sobre todo desconectar también en la casa de campo de mis abuelos, que no llega ni el internet…. así que un descanso necesario y precioso junto a mis seres más queridos.
Ha sido el año de tu debut olímpico, habéis trabajado mucho para los JJOO y las cosas no han salido como soñaba el equipo nacional, ¿qué sensaciones os ha dejado París?
Creo que cuanto más tiempo pasa, más positivo lo veo. Fue una competición dura, sobre todo con un reto psicológico tremendo tras la caída en el primer ejercicio. Creo que he superado esa prueba, he sabido reaccionar, remontar y luchar lo mejor posible en los últimos 3 ejercicios. Claro que los resultados no eran los deseados, pero me quedo con la superación y el haberlo dado todo por mi parte para luchar por estar en la final olímpica.
Llevas más dos ciclos soñando con participar en unos JJOO, ¿qué aprendizaje os deja estos Juegos?
Sinceramente es muy triste no haber conseguido mostrar lo mejor posible el trabajo, cuando realmente estábamos más que preparadas. Pero esto es el deporte, a veces tienes días buenos y otros malos. Lo único que nos queda es aprender, saber por qué y cómo ha pasado, y la próxima vez utilizar esta experiencia a nuestro favor. Todo el equipo lo ha dado todo por llegar lo mejor posible y nos quedamos con todo el camino que hemos recorrido para llegar hasta aquí, que ya de por si era un reto muy difícil. Hemos podido disfrutar de la experiencia en la villa y en los Juegos, es algo que no olvidaremos jamás y ahora toca ir a por nuevos retos y sueños.
¿Qué aprendizaje os deja estos Juegos?
En mi caso que hay que luchar hasta el final, que una caída no te define como deportista sino cómo reaccionas ante esa situación. Que sin duda a veces las cosas no salen como queremos, pero eso no es motivo de tirar la toalla, sino aprovechar el aprendizaje y seguir aun con más ganas. Hay que seguir soñando a lo grande, porque ya el hecho de llegar a unos Juegos es un gran sueño hecho realidad y poder vivirlo más allá del resultado vale la pena. Todo ese trabajo, esas horas, meses y años de entrenamiento nos han llevado a vivir esta única y gran experiencia.
¿Qué significa ser olímpica?
Significa mucho para mí. No se me ha dado fácil llegar a los Juegos, incluso no sabía si iba a llegar a vivirlo de verdad. Después de haberme quedado a las puertas de Tokio, no sabía si iba a conseguir el billete a París. Todo eso sumado a muchos cambios, mudanzas, entrenadoras, compañeras, entre otras cosas, desestabilizaba muchísimo. No fue fácil gestionarlo ni mantener una actitud positiva en algunos casos. Y mira, al final todo este camino está superado, he podido llegar, mi sueño se ha convertido en una realidad, he podido disfrutar de cada día en los Juegos y no me arrepiento de absolutamente nada.
Por mi parte siempre he intentado dar lo mejor de mí, he luchado cada día, cada competición por mejorar y aprender, me he adaptado a cada una de las situaciones y he intentado no fallar nunca a mi meta y sueño. Lo más bonito ha sido compartir ese sueño con tantísima gente que ha estado pendiente siempre y apoyando a muerte. Yo creo la pequeña Poli estaría muy agradecida a la Poli de ahora por no haberse rendido nunca y a todas las personas que le han acompañado para que fuese una realidad el sueño olímpico.
¿Cómo se presenta este nuevo ciclo?
El nuevo ciclo por ahora hay que ir paso a paso, quedan 4 años para los próximos Juegos. Hay un cambio de código al que hay que adaptarse y ver qué tal va. Por lo tanto, por ahora los objetivos van a ser a corto-medio plazo. Pero sin duda sería algo bonito poder vivir otros Juegos.
¿Qué mensajes le puedes dar a todas esas niñas que sueñan ser la futura Polina Berezina?
Que no sueñen con ser una “futura Polina” que sean ellas mismas, siempre, que luchen por sus sueños, que no tiren la toalla cuando las cosas se ponen difíciles, sino que lo vean como un reto que tienen que superar para aprender. Que sueñen en grande, porque solo ellas mismas pueden decidir a dónde pueden llegar y si les vienen a decir que algo es imposible, que no lo escuchen, que se rodeen de personas que si creen en ellas. Pero también que tengan en cuenta que, para conseguirlo, hay que trabajar mucho, entregarse en cuerpo y alma, y sacrificar muchas otras cosas. Y así, seguro que podrán conseguir todo lo que se propongan.
La gimnasia valenciana ha tenido una representación olímpica histórica con Laura Casabuena, Néstor Abad, Patricia Pérez, Mireia Martínez y Alba Bautista, ¿qué significa representar a la gimnasia valenciana?
Un orgullo representar la gimnasia valenciana y más acompañada de mis enormes compañeros y compañeras. Estoy agradecida a la FGCV, a la Generalitat, al proyecto FER, a los medios de comunicación, por todo el apoyo y visibilidad que se nos ha dado. Por hacernos sentir siempre especiales y valorar todo el esfuerzo que hacemos en el día a día. Sin duda esta gran representación valenciana en estos Juegos es la prueba de todo el esfuerzo y ayuda que recibimos los deportistas para conseguir los mayores objetivos y sueños. Y no dudo que esto cada vez irá a más y mejor.
¿Cómo has vivido a la distancia las inundaciones de la DANA?
Se me rompe el corazón viendo todo lo que ha pasado en Valencia. Estuve en contacto con todos mis amigos de ahí con algunos no pude contactar los primeros días, ya que no había cobertura y estaba muy preocupada. Ver imágenes, vídeos, casas y todo destrozado, parece de esas típicas películas de catástrofes, pero pasadas a la realidad. Además, donde he vivido y entrenado durante 3 años, no queda nada. Me escribió uno de los fisios que trabajó con nosotras diciendo que tuvimos suerte de no haber estado ahí, ya que Colonial ya no existe.
¿Qué significa para ti ver a la familia de la gimnasia colaborando con Valencia?
Toda la familia de rítmica se ha volcado en ayudar y lo sigue haciendo. Igual que nosotras a distancia intentamos ayudar con lo que sea, incluso estoy destinando un dinero de alguna Master class y de alguna exhibición para donarlo a los clubes afectados y comprar el material que necesiten. Pero esto llevará mucho tiempo en volver a funcionar con normalidad. Por lo tanto, lo más bonito es seguir ayudándonos unos a otros para salir adelante de esta gran tragedia.