Dialogamos con Cristina Bea, periodista especializada en fútbol. Experta en coberturas de partidos de LaLiga y Champions League y contertulia en diferentes programas televisivos y radiofónicos. Sus inicios, su trayectoria y cómo contempla el periodismo, entre otras cosas, en nuestra quinta #PortadaMSP.
Por Matías Sartori
Amanece en la capital del Turia. El sonido del claxon matutito y el murmullo de quienes inician su rutina diaria invade las calles del centro de Valencia. Casi con la misma vorágine que, en ocasiones, el periodismo y la actualidad deportiva te arrollan, encontramos un ‘huequito’ en nuestras agendas como excusa de una entrevista. El dulce pretexto de desayunar unas medialunas argentinas y un café con leche ameritan dicho encuentro clandestino. Los coches siguen tocando bocina, las máquinas continúan sus atronadoras obras, las oficinas retumban sonidos de teclados acelerados. Entre el barullo del día a día, nos refugiamos en plena calle Jesús, concretamente en Dulce de Leche, que ejerce como un oasis vespertino en el desierto que supone la rutina. Y convertimos a la reconocida entrevistadora en nuestra entrevistada.
La sonrisa del periodismo. Sencillez y profesionalidad. Desde Torrent, para todo el mundo: Cristina Bea.
Tenía 7 años, cuando el hada de los sueños coqueteaba en su cabeza. Por aquel entonces, existía otro periodismo completamente ajeno al fenómeno que, años más tarde, se transformaría con el avance de internet y de las nuevas tecnologías. Entre juguetes, su mayor juego era intentar ser inalámbrica de radio. Y, al menos, así lo percibía la risueña Cristinita que desde la inocencia de su infancia contemplaba una vaga idea de ser periodista de mayor. Ni tele ni prensa escrita. Ella soñaba con la radio.
Y cumpliendo con esa ley de atracción cuando alguien desea tanto algo, media vida después se estrenaba en ‘Radio Torre’ en su Torrente natal con 14 años. Después del curso lectivo, cualquier preadolescente visualizaba un verano de playa y desconexión. En su caso, además, experimentó aquel inusual verano contemplando cómo era el trabajo de la radio desde dentro. Su inquietud por este medio comenzaba a saciarse al mismo tiempo que, sin darse cuenta, comenzaba a potenciar su ilusión por ser periodista sembrando así sus primeras semillas profesionales.
En ocasiones, la profesión como la propia vida se presenta de forma caprichosa y fascinante. Y te conduce, casi poseído por un hechizo mágico, hacia un hipnótico sendero que nos va maravillando con su naturaleza. Una naturaleza que convierte estadios en lugares increíbles, entrevistas en conexiones en directo apasionantes, y personas y viajes en personajes increíbles y aventuras fascinantes. En el universo de la mente de aquella niña, sus poderes estaban en un micrófono y su castillo de muñecas, en un campo de fútbol.
A pie de campo, comienza su mágico cuento de hadas repleto de viajes, coberturas, estadios y, por supuesto, muchas aventuras.
¿Cómo recuerdas aquel verano?
Recuerdo que mi padre conocía a la directora de la radio y me dejaron ir un verano a ver cómo trabajaban allí. Bueno, en realidad me sentaba en un rinconcito, sin molestar, en plan buena niña. Y veía cómo llegaba un teletipo, cómo funcionaba, cómo hacían el programa, los controles, cómo entraban las sintonías… Para mí era todo nuevo vivirlo de cerca. Estuvo muy bien ese verano. Ya cuando llegó el principio de la temporada, me propusieron hacer una mini agenda deportiva. Fue una ilusión máxima.
A raíz de esto, ¿decidiste estudiar periodismo?
Yo tenía claro que quería estudiar Periodismo. Mi año de COU fue el primer año de carrera en la Universitat de València y yo quería entrar. Lo conseguí. La otra opción era estudiar Magisterio para ser profesora de Lengua y Literatura. Ese año de COU también empecé a trastear en TeVA Televisión, que derivó de Radio Torre y luego pasó a ser Las Provincias Televisión.
Quienes estudiamos periodismo siempre tuvimos la duda sobre la salida laboral o que era una profesión que siempre ‘estaba en crisis’…
Nuestra profesión siempre está en crisis. Siempre está ese ‘runrún’ de no tener salida laboral, ya que el mercado está difícil. A mí me decían en casa ‘hazte profesora’ o ‘estudia magisterio’. Recuerdo también un profesor de primero de carrera que nos decía que nos montáramos una inmobiliaria. En la propia carrera, ya percibíamos una profesión difícil.
¿Recuerdas tu primera cobertura o el primer medio que te dio esa oportunidad?
La verdad es que no me acuerdo (risas). Y me da mucha pena porque soy una persona que le gusta guardar muchos recuerdos. Imagino que habrá sido en LP Radio, con Kike Mateu, que me dio la oportunidad de hacer inalámbrico en Mestalla. Recuerdo una cobertura cuando a Valencia le adjudicaron la sede de la Copa América y me acuerdo de haber entrevistado a Rita Barberá. Pero el primer partido, no lo recuerdo.
¿Recuerdas alguna entrevista comprometida o que hayas hecha tras un partido polémico?
Hay muchas entrevistas que recuerdo. Por poner un ejemplo, podría decirte una que hicimos a Jorge Molina. Después del partido que el Valencia remonta en los cuartos de final de la Copa del Rey al Getafe. Esa entrevista para mí es inolvidable porque Jorge Molina, con esa envergadura que
impone, estaba desencajado. Recuerdo que la mandíbula le bailaba y que iba detrás de Estrada Fernández. Se había generado una nube de jugadores y viene Jorge Molina a la entrevista, con esa altura, tan tenso, tan nervioso. Y con toda la calma del mundo yo puse el micrófono a ver qué declaraciones conseguía. Hay que valorar mucho a los deportistas que en situaciones así dan la cara.
¿Cómo se gestiona la calma en esos momentos tensos antes de una entrevista?
Uno debe entender que el protagonista te cuenta su versión de la película que, desde fuera, estamos viendo. Lo más importante es estar escuchando atentamente lo que dicen. Al final, es la clave de nuestro trabajo. Porque tu puedes tener una idea preconcebida o unas preguntas preparadas, pero luego no sabes lo que el protagonista te va a decir. Recuerdo un partido entre el Valencia y el Celta donde veo a Iago Aspas, en un momento dado, y le leo los labios diciendo ‘siempre igual, siempre igual’ al árbitro. Había polémica, no sé si algún expulsado, y cuando voy a entrevistarle le pregunto sobre eso. Y me responde, enfadado, que “siempre igual, que este árbitro nos ha expulsado tres veces a Hugo Mallo…”. Yo no esperaba que fuera a tirar tanto del hilo, porque era un enfado momentáneo. Por eso hay que estar atentos, estar pendiente de todos esos detalles, y preguntar. Porque, a veces, hay sorpresas.
También recuerdo una entrevista con José Mourinho antes de un Manchester United-Valencia. Él estaba en la cuerda floja, y yo podía hacerle tres o cuatro preguntas y me reservé la última para preguntarle sobre su futuro, sabiendo que es un entrenador que me la puede liar. Y, efectivamente, después de preguntarle eso me responde: “Mi futuro (resopla) es un espectáculo” y coge y se va de la entrevista. Mourinho en su esencia.
Sin duda, una de las que más recuerdo fue la de Anil Murthy. En Stamford Bridge, con toda la tensión que había en su momento. Con Marcelino, que era la primera vez que iba a hablar. Estábamos en un cubículo que era poco más grande que esta mesa y no sé cuántas personas estábamos allí: gente del club, de la producción, cámaras, fotógrafos. Había una tensión tremenda. Y había tenido una pelea continua toda la mañana con el editor porque yo le decía que esta entrevista era muy importante para hacerle solamente tres preguntas. Necesitaba que me dieran más tiempo para hacer esta entrevista. Y me decían que ‘ya sabes cómo es la tele, no nos podemos ir a cinco minutos…” Yo sabía que lo que pasara en esa entrevista iba a ser importante y necesitaba que aguantara más tiempo. Y así fue. Nos fuimos a casi ocho minutos, que eso es tele es una barbaridad. Por la noche me llamó el editor después del partido y me pidió disculpas por haberme apretado tanto durante toda la mañana. Aquella entrevista no podía durar menos.
Además de deportistas, te has codeado con personas emblemáticas del periodismo o algunos exfutbolistas, ¿no?
Siempre pongo el ejemplo de Jorge Valdano., que para mí ese hombre abre la boca y es una enseñanza continua. Tengo frases suyas apuntadas en mis notas. Me parecen poemas o versos que son una maravilla. Con Santi Cañizares también he podido compartir retransmisiones. Y ahora en DAZN coincido con muchos: Mista, Villa, Juanfran, Casquero…
Tengo un recuerdo especial de Mendieta en mi primer partido que hice en televisión entre el Valencia y el Mónaco, en la previa de Champions de la temporada 2015-2016. Fue el primer partido que hice con Jose Sanchis, al que adoro y me parece un grandísimo narrador. Con Mendieta o Cañizares siento que al final son personas que recuerdas o asocias a aquellos futbolistas que tú has visto en el campo y que luego se convirtieron en compañeros.
Echando la mirada atrás y viendo tu presente, ¿cómo valoras todo lo que has conseguido?
Me siento una absoluta privilegiada. Siento que he tenido una suerte con la que yo nunca contaba. No todos tienen la suerte de trabajar de lo que le gusta o llegar a vivir este tipo de experiencias. Me siento una agradecida y una privilegiada de elegir esta profesión y de vivirla de primera mano.
Como te decía antes, yo quería ser inalámbrico en la radio y pude vivirlo con 21 años. Lo que ha venido después, pues todo ha sido un regalo. A mí me gusta mucho mi trabajo y también poder disfrutarlo que es como mi gran esencia, vivir el día a día. Y esta profesión me lo ha permitido ya que he disfrutado mucho y disfruto mucho actualmente. Al final, a los que nos gusta comunicar, y nos gusta el fútbol, y también viajar viendo deportes y haciendo periodismo, resulta una combinación maravillosa. Es un regalo, un privilegio. Yo me siento muy afortunada de vivir todo esto.
¿Qué estadio o estadios te ha impactado más? Me viene a la mente una foto en Anfield. Apostaría que es uno de ellos…
Creo que también apostaría por Anfield. Quizás por la pasión y el cariño que se respira. Tuve la suerte de vivir un partido allí con el Villarreal en la semifinal del Europa League con Marcelino, y fue impresionante. Para mí, el estadio del Liverpool es tremendo.
Además, recuerdo estar charlando con Jorge Valdano, en la previa del partido de semifinales de Champions con Emery, y estaba emocionado porque no había estado nunca. Y me decía que le daba vergüenza. Me gustó muchísimo el Allianz, que es muy vertical, que es como me gustan. Como Mestalla. Esos estadios así más verticales, donde la afición aprieta muchísimo, son geniales.
También recuerdo el antiguo Petrovski de San Petersburgo. Allí creía que me moría, pero literal. Fue un 25 o 28 de noviembre, en un partido de la fase de grupos del Valencia. Hacía tanto, tanto frío. Claro, al lado del estadio está el Río Neva. Ahora han hecho uno moderno, maravilloso, que tiene calefacción. Pero en aquel momento yo recuerdo llevarme mantas para no pasar tanto frío.
Al descanso, el productor me trajo un té para ver si entraba en calor. No sé qué temperatura había allí, con la humedad del río. Tremendo, tremendo. Y el día de antes había nevado.
Posteriormente, como a muchos compañeros de profesión, te ha tocado reinventarte y explorar otros horizontes después de dejar la tele…
Recuerdo que fue un momento de incertidumbre, pero, sobre todo, de tranquilidad. Todo pasa por algo y para bien. Sentía que se abrirían otras puertas, que es verdad que en un primer momento no sabes cuáles, no sabes cuánto tiempo van a tardar, no sabes si van a llegar a ti o cómo se va a dar tu futuro en ese momento. Pero tenía que estar tranquila.
A mí me despiden un 20 de julio en una época muy complicada, entre vacaciones y con los equipos de televisión ya conformados. LaLiga empezaba en dos semanas a principios de agosto con lo cual era muy tarde para poder encajar en algún proyecto.
Era una fecha muy tardía como para empezar un proyecto con margen. Como un futbolista que se queda sin equipo en ese momento y el último día del mercado no consigues salir a otro equipo sabiendo que tu entrenador no cuenta contigo. Estás ahí un poco en el limbo pensando ‘¿Voy a jugar? ¿No voy a jugar? ¿Qué hago yo con mi vida?’
Tuve mucha suerte porque yo tardé un día en poner el mensaje en redes del despido y fue un aluvión de mensajes de cariño, de compañeros y enseguida empezaron a surgir los mensajes en los que me decían que contaban conmigo para otros proyectos. Entre ellos, DAZN pero no se dio en aquella temporada porque era muy tarde, ya lo tenían todo cerrado, pero hubo una primera toma de contacto que ya fructificó esta temporada que termina. Llegó ‘Estudio Estadio’, llegó Radio Marca con la ‘Pizarra de Quintana’, también ‘Mister Underdog’ llegaron muchas cosas que han ido dando paso a otras, llegó ‘Relevo’. Y en À Punt continuaron confiando en mí. Todo pasa por algo.
¿Qué significa el periodismo?
Es mi vida. Al final, los periodistas que vivimos por y para el periodismo de esta manera no sabemos diferenciar muy bien lo que es trabajo y lo que es vida, porque hay una parte de trabajo, pero también hay una parte que a la vez disfrutas. No tienes horario, es como que forma parte de tus 24 horas. Al no tener una oficina donde fichar o estar 8 horas sentado, hace que tu vida sea siempre periodismo entonces es una delgada línea donde está todo absolutamente mezclado. Yo siento que el periodismo es mi vida porque yo soy periodista a las 24 horas igual que intento disfrutar de mi día a día fuera de lo que es el trabajo. Disfruto mucho de mi trabajo. “Encuentra un trabajo que te gusta y no tendrás que trabajar un solo día de tu vida”. Lo dijo Confucio y tenía toda la razón.
Redacción: Matías Sartori
Entrevista: Cristina Bea
Edición: Ezequiel Pernica
Fotos: Vicente Vidal
Lugar: Dulce de Leche