España se proclama campeona de la Nations League tras igualar sin goles ante Croacia e imponerse en los penaltis gracias a un Unai Simón sensacional. La ‘Roja’ levanta su primer título de esta competición continental y vuelve a coronarse campeona tras once años.
El destino deja momentos providenciales, cruces de camino en el que todo puede darse o perderse en la trayectoria de una persona, un equipo o una nación. A veces la distancia que separa lo que siempre se recordará de lo que no fue no alcanza más allá de once metros. Este domingo ha sido uno de esos días.
España se ha coronado como mejor selección del Viejo Continente en una finalísima colosal roterdamesa decidida favorablemente desde el punto fatídico de los penaltis.
El seleccionador alineaba de inicio el mismo once que frente a Italia en semifinales con las excepciones de Fabián y Asensio en detrimento de Merino y Rodrigo Moreno, pero mantenía la presión asfixiante y la vocación ofensiva marca de la casa.
A los doce minutos un robo de Gavi estaba a dos centímetros de convertirse en el primer gol de la final, pero el disparo del palaciego se marchaba rozando el palo de Livakovic.
Croacia enseñaba más tarde los dientes en forma de cabezazos hacia las incorporaciones en banda izquierda de Perisic, omnipresente durante todo el partido.
Morata lo intentaba también por arriba, pero las defensas se imponían a los delanteros al descanso y tras la reanudación eran los balcánicos quienes apretaban de inicio.
Un remate cruzado de Juranovic era respondido con la intentona de Asensio con España frenando todos y cada uno de los contragolpes rivales en una encomiable exhibición de solidaridad defensiva.
Los cambios le metían frescura a la finalísima y, partiendo desde el banquillo, Ansu Fati estaba a punto de decantar el encuentro tras servicio de Mikel Merino con sólo seis minutos por delante.
La prórroga se hacía inevitable, aunque Asensio lo intentaba en el añadido con un derechazo cruzado precedido de un tiempo suplementario lleno de tensión y madurez por parte de los jugadores de Luis de la Fuente.
Nacho, que había ingresado por Le Normand salvó con precisión el remate pintiparado de Majer y Dani Olmo voleaba dos veces rondando una diana huidiza durante toda la final, también para los croatas después de que Unai Simón abortase su última intentona.
La suerte suprema de los penaltis se hacía carne y en ella emergió el pie salvador del guardameta alavés, un disparo de Laporte al larguero, un nuevo vuelo de Air Simón y un cierre antológico a lo panenka de Dani Carvajal.
Fuente: RFEF / Foto: UEFA